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miércoles, 8 de junio de 2011

Te Has Dado Cuenta Que...

Cuando otro actúa de esa manera, decimos que tiene mal genio; pero cuando tú lo haces, son los nervios.

Cuando el otro se apega a sus métodos, es obstinado; pero cuando tú lo haces, es firmeza.

Cuando el otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios; pero cuando a ti no te gusta su amigo, sencillamente muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.

Cuando el otro hace las cosas con calma, es una tortuga; pero cuando tú lo haces despacio es porque te gusta pensar las cosas.

Cuando el otro gasta mucho, es un despilfarro; pero cuando tú lo haces, eres generoso.

Cuando el otro encuentra defectos en las cosas, es maniático; pero cuando tú lo haces, es porque sabes discernir.

Cuando el otro tiene modales suaves, es débil; cuando tú lo haces, eres cortés.

Cuando el otro rompe algo, es torpe; cuando tú lo haces  eres enérgico.

 ¿Por qué te fijas en las astillas que tiene tu hermano y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?

Veamos las virtudes de los demás, y dejemos de juzgar, que conforme a nuestro juicio seremos juzgados. 
 

Las Tres Rejas

El joven discípulo de un sabio filósofo llega a casa de éste y le dice:
-Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! lo interrumpe el filósofo-. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?
-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.

-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.

La Vasija

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

 Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: -"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: -"Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces -"Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.
 

Una cura para la Tristeza

Hay un viejo cuento que nos habla de una mujer, cuyo único hijo había muerto. En su dolor, fue a consultar a un hombre sabio, a quien preguntó:

-¿Qué oraciones, o qué encantamiento mágico tiene usted para traer a mi hijo de nuevo a la vida y quitar así mi tristeza?

El sabio, en vez de despedirla o razonar con ella, le dijo:

-Tráigame una semilla de mostaza de una casa donde nunca hayan conocido la tristeza. Nosotros la utilizaremos para expulsar la tristeza de su vida.

La mujer partió de inmediato en busca de aquella semilla mágica.

Se dirigió primero a una hermosa mansión, en un barrio residencial; tocó la puerta, y dijo:

-Estoy buscando un lugar donde nunca hayan conocido la tristeza, ¿es aquí por ventura? Esto es una cosa muy importante para mí.

Le respondieron:

-¡Qué pena, usted vino al lugar equivocado! Y comenzaron a relatarle todas las tragedias familiares que recientemente les habían ocurrido.

La mujer se dijo a sí misma:

-¿Quién mejor que yo con toda mi desgracia para ayudar a estas pobres y desafortunadas personas? Y se quedó para consolarlos.

Partió luego hacia otros lugares, en búsqueda de una casa donde nunca hubiera acontecido tristeza alguna. Pero, donde ella iba, ya fuesen palacios o chozas, siempre encontraba algún caso de tristeza o dolor.

Finalmente... quedó tan ocupada y contenta en consolar el dolor ajeno, que se olvidó de la búsqueda de la semilla mágica, sin darse cuenta que el hecho de consolar a otros, había expulsado la tristeza de su corazón y de su vida.

Dios lo sabe

Cuando has llorado en angustia y dolor...
Dios ha contado tus lágrimas. 
Cuando crees que tu vida se ha detenido y el tiempo solo pasa...
Dios espera contigo.
Cuando estás solo y tus amigos están muy ocupados,  aún para una llamada telefónica...
Dios está a tu lado.
Cuando has tratado todo y no sabes hacia donde ir...
Dios te mostrará el camino.
Cuando nada tiene sentido y estás frustrado sin saber hacia dónde ir...
Dios tiene la respuesta.
Si de repente tu mirada al mundo exterior se hace más brillante y encuentras senderos de luz...
Dios te ha susurrado en el oído.
Cuando las cosas van bien, y tienes mucho que agradecer...
Dios te ha bendecido.
No importa si te sientes bien o mal. Dios siempre está contigo y te acompaña en las buenas y en las malas.
Nunca dejes de hablar con Dios y contarle tus problemas  , pues muchas personas buscan a alguien con quien hablar y desahogarse, sin embargo no hablan con el único que siempre va a escuchar con misericordia y paciencia, sin sacar a relucir tus errores.
Busca a Dios de corazón y cuéntale tus problemas, pues
El siempre te acompaña y te cuida... lo creas o no...te guste o no... El nunca te abandona...porque te ama.